miércoles, 8 de abril de 2009
La luz es dios
El creador dispone la existencia del cielo y la tierra, vacíos ambos, caóticos, envueltos en tinieblas, y manda a su espíritu a aletear sobre las aguas. Sólo después pronuncia la maldita frase: «Hágase la luz». Tres palabras. Palabras. Ruidos pretenciosos, condenados a la servil misión de señalar lo que ya existe. Nadie se puede creer esa historia. Víctor Losa sabe que la luz es dios. Que no hubo palabras, ni un triste zumbido. Mucho más simple: la luz es dios y creó el mundo porque se aburría de no ver nada.
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